Con la carne no hay grieta: 7 de cada 10 argentinos no dejarían el asado por las campañas veganas

Cuando se les pregunta a los argentinos cómo reaccionarían ante acciones o campañas promovidas por activistas veganos o ambientalistas, 7 de cada 10 personas creen que no dejarían de consumir carne vacuna.

Fuente: AgroVerdad

Así lo demuestra una encuesta realizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) a través un panel online con 1.100 casos representativos de la población en todo el territorio nacional.

El estudio surge como consecuencia de que en los últimos tiempos han tomado impulso, de la mano de figuras famosas como Paul McCartney, iniciativas globales para alentar una dieta sin carne. Incluso han llegado con sus propuestas al despacho presidencial de Alberto Fernández.

Grieta alimentaria
Un informe del IPCVA pone sobre la mesa que la grieta alimentaria empieza a tomar forma con una polarización creciente en el modo en que cada una de las personas manifiesta su propia forma de alimentarse.

En este contexto, es que han comenzado a proliferar acciones de activistas que buscan promover el abandono del consumo de carne, como la iniciativa “Meat Free Monday” (lunes sin carne), cuyo mayor impulsor a nivel mundial, entre otros famosos, es el ex Beatle Paul McCartney, quien a principios de este año le envió una carta a Alberto Fernández para sumar a nuestro país a esa campaña que localmente es impulsada por la Unión Vegana Argentina (UVA).

A partir de estas movidas, el IPCVA realizó una encuesta en la que establecieron que 7 de cada 10 argentinos piensan que estas acciones no son efectivas, y no creen que deriven en un menor consumo de carne vacuna. Es decir, “la gran mayoría no las apoya o le resulta indiferente”. En tanto, en la vereda de en frente, revelaron que solo entre el 16 y 18 % de la gente apoya el accionar vegano.

En este contexto, surge que veganos y vegetarianos representan una minoría poblacional que es solamente del 5 % de los argentinos, y que como tal “no actúa en forma neutra, sino que pretende imponer sus creencias y hábitos tratando de convencer y persuadir a la mayoría omnívora apelando al miedo y a la culpa”.

En el medio de la grieta alimentaria, existe un 30 % de la población “que sería como esos votantes indecisos de las elecciones, que al final terminan siendo decisivos”. Esta grieta termina siendo funcional a las iniciativas anti-carne, mencionaron en el informe.

Asado con un vegano
Desde el IPCVA consideran que frente a estas campañas y actitudes que fomentan la grieta alimentaria, a la hora de sentarse a la mesa “tenemos que estar todos alrededor del clásico asado argentino”. Porque “el asado traza puentes y nos une”.

Porque, de acuerdo al estudio “la mayoría de los argentinos piensan que los veganos son de hecho quienes más fomentan la grieta alimentaria y quienes poseen una mentalidad menos abierta e inclusiva que los carnívoros”. En este sentido, expresan que, en contrapartida “un carnívoro jamás rechazaría a un vegano si no come carne, siempre haría un lugar en la parrilla para compartir también, por qué no, verduras asadas”.

Por eso, la entidad propone que “esa es la filosofía que debe encarar cualquier comunicación, promoción o reflexión sectorial sobre este punto. Es el principio para dar un mensaje claro también a aquellos flexitarianos, es decir a los que aún siguen comiendo carne, pero en menor cantidad”.

Bifaretti y Brusca, autores del informe, se formulan una serie de interrogantes, tales como: “¿cómo debe comportarse la carne vacuna ante este escenario hostil? ¿Debe reaccionar, salir a defenderse? ¿Conviene darle entidad a las provocaciones que muchas veces vienen en formato golpe bajo con alta carga emocional?”.

De esta manera, aconsejan que, frente a las virulentas campañas veganas, sería un grave error salir con los “tapones de punta”, porque “los más jóvenes no se bancarían una campaña antivegana. Se la consideraría retrógrada, que atrasa, discriminatoria y agresiva. Esta solución, irreflexiva e impulsiva no tendría el efecto deseado en las preferencias del mercado”, evalúan.

“Si el campo, quien produce, y el mundo urbano, el mayor generador de consumo, tienen en claro que no es la carne la que genera la grieta, por qué debe la carne meterse en el barro de una discusión sin sentido común”, plantean.

Por todo esto, desde el IPCVA reflexionan que “el asado no es una parrilla repleta hasta el cuadril con carne, es un paisaje en el que conviven choclos, morrones, cebollas, berenjena y la lista podría seguir. Que no se quede nadie afuera del plato. Que no se quede nadie fuera de la mesa de cualquier asado”.

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