La ganadería, contra todos

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La carne vacuna llega a las elecciones del domingo 14 como el gran tema del año, al menos desde las inquietudes del Gobierno nacional. Y no tiene que ver sólo con los precios en el mercado interno. Pasa también por el empleo en muchas provincias del país, tanto rural como en frigoríficos, y en las últimas semanas quedó atravesado incluso por inquietudes ambientales con impacto en la producción ganadera.

Fuente: Infosudoeste

Como prioridad, el Gobierno busca que los votantes tengan una foto mental positiva sobre el tema. Hasta las PASO, ese objetivo estuvo concentrado en bajar los precios en carnicerías y góndolas cueste lo que cueste. Después se dieron cuenta que la estabilidad de valores lograda en el mercado interno, a partir del cepo exportador, no definía la ecuación. Entonces, llegaron las flexibilizaciones parciales, alentada por los gobernadores.

Ello redundó en que se estén reactivando progresivamente los embarques a China y se mantengan en buenos niveles –de precio, especialmente- las exportaciones a Europa y otros destino y cantidades autorizadas.

Con todo, los especialistas en esta cadena productiva sugieren mirar no sólo la foto sino la película, a partir de la experiencia de años atrás. Recuerdan cuando el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, contuvo los precios de la carne vacuna, entre 2006-2008, mediante intervenciones formales e informales. Pero luego se redujo tanto el rodeo vacuno que la escasa oferta redundó en valores poco accesibles para los consumidores argentinos. Y también se perdieron oportunidades exportadoras, entre 2010 y 2015.

Ahora se pone foco sobre lo que podría suceder a partir del lunes 15, o del 8 de enero, cuando concluyen las restricciones establecidas.

En las últimas horas corrió el rumor de “sugerencias” por parte de Luciano Zarich, director nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA-ex ONCCA) -con actitud de Moreno «más amigable»- para que los frigoríficos exportadores que compran ganado en el Mercado de Liniers “no paguen cualquier precio”.

De cara al día de los comicios, en el Gobierno están preocupados. Porque en las últimas semanas los precios de las categorías destinadas al mercado interno se mantuvieron contenidas por el bajo poder adquisitivo de la gente, pero los novillos de la Cuota Hilton y las vacas que van a China elevaron los promedios.

Otra cara de la misma moneda es la perspectiva de toda la cadena de ganados y carnes, con las exportaciones como gran incentivo en términos de rentabilidad. En ese sentido, Juan Manuel Garzón, economista de la Fundación Mediterránea, advierte que en la comparación de exportaciones de Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, nuestro país es el único que redujo sus ventas externas de carne vacuna en la segunda parte del año.

El análisis divide este año en dos períodos: enero-mayo (antes de la restricción de exportaciones) y entre junio y septiembre (durante el cepo total y luego parcial). Brasil creció 41,6%, Uruguay 22,9% y Estados Unidos 6,2%, mientras que nuestro país redujo las toneladas exportadas un 16,5%. Desde el Gobierno argumentan que sólo niveles altos en términos históricos, pero la comparación expone las oportunidades que otros países aprovechan.

En ese sentido, Garzón también destaca que Argentina retrocedió como proveedor de carne vacuna a China, según los últimos datos de la aduana de ese país. El año pasado Argentina tenía el 23% de ese mercado, y en setiembre de este año bajó al 11%, mientras avanzaron Brasil (del 40 al 46%) y Uruguay (del 11 al 14%).

A su vez, son interesantes los avances para el posicionamiento de la carne argentina como sustentable. La base de ese argumento fue un informe en el que 45 investigadores, coordinados por la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET, por iniciativa del Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA), expusieron datos científicos sobre huella hídrica y de carbono sobre el producto.

Esa perspectiva fue reforzada por la articulación del ministro de Agricultura, Julián Dominguez, con diversas entidades del sector, que permite escapar de la táctica defensiva y poner el asunto en clave de oportunidad (ver página 3). Es lo que se intenta también desde la Mesa Argentina de Carnes Sustentables (MACS), que renovó autoridades, sumó adherentes y proyecta medir indicadores de sustentabilidad y comunicarlos hacia toda la sociedad.

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