Maíz. Preocupación de los productores por la humedad justa y por el encarecimiento de la fertilización

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Con la Niña en el horizonte y con el precio de la urea en torno de los 1000 dólares por tonelada, las aplicaciones se harán según un análisis costo/beneficio más concienzudo.

Fuente: La Nacion

Los maíces de primera evolucionan normalmente en la zona núcleo, con 20-25 centímetros en los campos ubicados más al norte y una o dos hojas en los situados más al sur. Sin embargo, los productores observan con preocupación que muchos lotes solo cuentan con el 60% de agua útil en el perfil y que los últimos pronósticos proyectan un evento Niña severo.

En este contexto, la pregunta del millón es cómo aplicar el nitrógeno, porque el precio de la urea se catapultó hasta los US$1000 por tonelada. Algunos mantendrán la aplicación completa a la siembra. Otros la fraccionarán: “En mi caso, hice análisis de laboratorio y agregué lo mínimo indispensable a la siembra para satisfacer un modelo de 100 quintales por hectárea y espero la evolución climática y la mineralización de las próximas semanas. Al llegar al estado V6 haré otro análisis y decidiré cuánto debo agregar”, adelanta un productor de Rufino.

Mayor siembra de girasol

La fertilización nitrogenada genera menos interrogantes en los maíces tardíos. “Las siembras de noviembre o diciembre pueden acumular más nitrógeno y el cultivo tiene menor potencial de rendimiento. Los dos factores permitirían reducir la dosis de nitrógeno por aplicar.

“Si el escenario fuera extremadamente desfavorable en lluvias, muchos productores se inclinarán por la soja en vez del maíz tardío”, diferencia el agricultor.

En tanto, se prevé un aumento importante del área sembrada con girasol en el centro del país por sus muy buenos precios, que ya tuvo un primer efecto: no se consigue flurocoridona. Con la mayor siembra de este cultivo en los campos surgen viejos problemas. Uno de los más actuales es el perjuicio causado por la deriva durante aplicación de herbicidas en lotes vecinos en barbecho. La primavera viene ventosa y genera problemas para los aplicadores que utilizan 2,4 D para mantener limpios de rama negra los lotes que van a soja. Por eso, hubo varios conflictos con los vecinos que implantaron girasol, un cultivo muy sensible a este herbicida, que alarga anormalmente hojas y tallos luego de entrar en contacto con el producto.
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