Los 85 años de Ferialvarez: desde las tropas arreadas, a la venta on line

La empresa transitó cambios profundos en la operatoria en las 8 décadas y media de trayectoria, pero mantuvo los pilares sobre los que se levantó en la Río Cuarto de 1936.

Fuente: Puntal

La esencia del negocio sigue intacto: unir las dos puntas de compradores y vendedores de hacienda en una plaza muy convocante como es Río Cuarto y la región en materia ganadera. Pero pasaron 85 años desde que Ferialvarez dio sus primeros pasos allá por 1936 y los cambios durante ese tiempo no fueron pocos, especialmente en el último tramo, donde la tecnología irrumpió con fuerza y los contrastes se hacen más evidentes.

“Principalmente la fortaleza de la empresa fue que durante todo ese tiempo Ferialvarez se supo ir adaptando a las diferentes circunstancias que le tocaron atravesar. Hoy el presente no es fruto de una generación sino de dos o tres que tuvieron la pasión, las ganas, el empuje para apostar por una actividad que sorteó en 85 años todas las vicisitudes. Por eso decimos que somos los actores circunstanciales que nos toca disfrutar este momento, pero no podemos dejar de mirar para atrás y ver que hubo mucha gente que hizo grande esta empresa y hoy es una de las más antiguas de la ciudad”, explicó Esteban Cachaviliani, gerente de la firma.

¿Dónde están la claves para sostenerse y crecer a lo largo de 85 años?

Los pilares que marcaron los fundadores de la empresa fueron el respeto, la transparencia, el compromiso, la palabra, que son características del negocio ganadero y que cuando transitaste 85 años en esa dirección, la huella está bien marcada. Tener esos principios bien arraigados dentro de la empresa hace que todos trabajemos con un mismo norte.

Pero muchas cosas cambiaron…

Sin dudas. Los clientes más grandes recuerdan que muchas tropas venían por arreo a la feria, cuando los remates duraban hasta dos días. Y desde ahí fuimos cambiando y adaptándonos a los nuevos tiempos. Llegó la separación entre remates gordos e invernada; después llegó la televisión, internet, las aplicaciones en los celulares. Y la idea es seguir ampliando el abanico de posibilidades para brindarles a nuestros clientes la mayor cantidad de opciones para que ellos decidan el canal que más cómodo les quede”.

También hubo un cambio generacional en el campo, que pasó a ser uno de los sectores más tecnificados…

Exacto. Hoy los hijos de productores ya viven en la ciudad, muchos son universitarios, tienen acceso y utilizan mucha tecnología y terminaron complementando más un perfil empresario, sin perder la pasión que heredaron de su familia por el campo.

Hasta no hace mucho era difícil imaginar que alguien podía comprar hacienda mirándola por televisión…

Sí, es cierto. Y no hace mucho tiempo de eso. Nosotros fuimos un poco los precursores de los remates televisados en la zona y en ese momento, cuando comenzamos, nos decían que iba a ser difícil que tuviéramos éxito porque el que no veía de manera presencial la hacienda no la compraba. Y hoy es mucho más fácil armar un remate televisado con 5, 7 o 10 mil cabezas, con un público que lo sigue desde su casa, que llamarlo para que a las 14 horas vaya a un remate físico, donde empieza a jugar hasta lo climático.

Y la pandemia aceleró todo eso…

Sí. La pandemia del año pasado hizo que se afianzara mucho más todo esto y se acelerara, acompañado por un cambio grande en la tecnología. Hoy mandar un video de un tropa por WhatsApp es tremendamente sencillo y de ahí se sube a la red y uno no puede cuantificar el alcance de ese video. Pero nos pasa que se comunican clientes de un lugar remoto del país que vieron el video porque les llegó de un contacto. Entonces la tecnología permitió que esa tropa viaje por el país, lo que abrió drásticamente la cartera de compradores.

¿Todo eso llegó para quedarse?

Creo que van a convivir hacia adelante los físicos y los televisados. Creo que es más fácil manejar un volúmen grande por televisión y mantener el físico para clientes más pequeños.

¿Y cómo imaginan este año?

Lo comenzamos pensando en ir recuperando la normalidad.Pero a medida que van pasando las semanas la incertidumbre sobre eso va creciendo por lo que vemos con las vacunas, la posibilidad de la segunda ola de Covid, y entonces la planificación se hace obligatoriamente más corta. Pero al margen de eso la ganadería pasa hoy por un momento que es el menor en mucho tiempo, impulsado por una demanda internacional muy fuerte que volvió a poner la carne argentina en los primeros puestos a nivel mundial. Eso logró integrar la comercialización de la res en distintos tipos de mercados. Y a su vez traccionó y hoy vemos una cría entusiasta, que busca retener más vientres, un recriador que se destacó en el último tiempo y queda un eslabón, como es el feedlotero, que por ahí es el más apretado porque tiene que pagar muy cara la invernada y un maíz de alto precio.

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