Se redujo la presencia de celos y la retención de preñeces, lo que va a impactar en el destete de terneros del año próximo.
Fuente: Campo Total
La seca y la ola de calor de las últimas semanas dejarán seguramente una importante huella sobre la producción ganadera de los próximos meses y años.
En diciembre-enero en los rodeos de cría se ha reducido drásticamente la presencia de celos y la retención de las preñeces, dándose inclusive pérdidas embrionarias; se puede estimar que el porcentaje de procreo a nivel nacional caerá entre dos y tres puntos, de acuerdo a la experiencia de años climáticamente similares.
En muchas zonas, las lluvias han sido insignificantes o insuficientes para revertir el déficit hídrico acumulado, y en las próximas semanas miles de productores deberán ajustar la carga ante la dramática caída en la disponibilidad forrajera, pudiéndose prever que por varios meses la oferta de vacas vacías se mantendrá alta.
La ganadería contará el próximo invierno con mucho menos reservas forrajeras: la calidad y el rendimiento de los silos de maíz, cuya confección se está anticipando, será sensiblemente menor a un año normal, con reservas de rollos también por debajo de lo normal.
Hay una psicosis generalizada sobre el faltante de maíz que podría darse en los próximos meses, por la menor cosecha esperada y por el posible atraso en la aparición de los primeros lotes de la nueva cosecha. Muchos agricultores, además, se resisten a vender el grano disponible, por la perspectiva de nuevos aumentos.
El maíz se ha encarecido, y muchos ganaderos o feedloteros, aunque estén lejos de los puertos, al competir con criadores de cerdos o de pollos, deben pagar el valor pizarra. Las recrías se han atrasado y muchos productores se ven obligados a vender sus novillitos o vaquillonas a medio recriar.
La escasez de maíz, y la suba de su precio, agravan adicionalmente la situación del feedlot, cuya oferta con estos precios relativos (gordo/maíz/invernada) más que probablemente se mantendrá baja este año. La invernada bajó, pero no lo suficiente para compensar la reciente suba del maíz y la baja del gordo.
En resumen: problemas serios en la oferta de ganado en los próximos meses, con una probable caída en la parición 2022 (destete 2023) y también una probable caída del stock a fines del 2022. En muchas zonas del país la caída del stock se inició, yendo la hacienda al feedlot o a faena.
El consumo, afectado por la ola de calor, paga los valores actuales de la hacienda y de la carne sólo porque la oferta de ganado liviano es muy reducida. Las perspectivas para las próximas semanas es que la oferta de ganado proveniente de los corrales baje aún más. En un panorama muy complejo hay que agregar que se ha registrado una elevada mortandad –por la ola calor– en los galpones de parrilleros y ponedoras.
La exportación 2022 se parecerá mucho a la del año pasado, con “contingentes” y “autocupos”. Todo bajo la “observación” del Gobierno. Vamos a exportar 20 o 30% menos que lo que nos compraría libremente el mercado internacional, pero con precios FOB del Hilton y de China que se presentan muy firmes, compensando parcialmente la pérdida de volumen.