Tener buena conexión de internet en el campo suele ser una odisea. Esta dificultad no es solo argentina. Es un problema que se extiende a toda América Latina y el Caribe. Y si la comparación es con lo que ocurre en la ciudad, el contraste es notable.
Esta brecha entre el campo y la ciudad fue destacada por un estudio conjunto realizado por el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la empresa Microsoft.
Según el trabajo, que será presentado hoy, mientras el 71% de la población urbana de los países latinoamericanos y caribeños tiene opciones de conectividad, en el ámbito rural solo la tiene un 37 por ciento. Esta brecha de 34 puntos porcentuales en promedio, dice el estudio, «mina un inmenso potencial social, económico y productivo» en la ruralidad.
En términos absolutos, esa dificultad significa que «al menos 77 millones de personas que viven en territorios rurales América Latina y el Caribe carecen de conectividad con estándares mínimos de calidad», dice el trabajo realizado en 24 países del continente.
«La brecha en materia de conectividad es más acentuada si se distingue entre población urbana y rural, llegando en algunos casos a una diferencia de 40 puntos porcentuales. Del total de personas sin acceso a internet en la región, 46 millones viven en territorios rurales», sostiene el trabajo.
Una de las conclusiones del informe es que una mejora en los servicios de conexión a Internet contribuiría al crecimiento económico y al desarrollo social. «Un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha fija produce un incremento del 0,08% del PIB, mientras que un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha móvil produce un incremento del 0,15% del PIB», sostiene el estudio.
Respecto de la digitalización, añade el informe, «se estima que un aumento del 1% en el índice de desarrollo del ecosistema digital da lugar a una expansión del 0,13% del PIB per cápita, con sus consecuentes impactos positivos en la productividad».
«La brecha de la conectividad rural-urbana es una de las que más atención exige», dijo Manuel Otero, director general del IICA. «Nos trazamos un objetivo ambicioso: reposicionar a los territorios rurales como zonas con alto potencial de progreso y de prosperidad, algo que demanda sólidos encadenamientos productivos anclados en el acceso a servicios, tecnologías y conectividad en niveles adecuados», añadió.
En tanto, Luciano Braverman, director de Educación de Microsoft Latinoamérica, indicó: «es especialmente importante subrayar el impacto positivo y de gran magnitud social y productiva que tendría una conectividad plena en las áreas rurales». Y señaló: «por eso priorizamos esfuerzos por conectar al campo en América Latina y el Caribe».
Fuente : La Nacion