La titular del Inta Río Cuarto, Alejandra Canale, repasó el 2020 y alertó por la pérdida de suelos.
Fuente: Diario Puntal.
Las últimas lluvias ocurridas esta semana cambiaron el semblante de muchos productores que llegaron a fin de 2020 con extrema preocupación ante la falta de reserva de agua y el comienzo de la etapa más caliente para los cultivos de verano. Sin embargo, en el balance del año la preocupación tiene sobradas razones: faltaron en el sur provincial casi 300 milímetros para alcanzar el promedio histórico de 800 milímetros. El impacto de La Niña fue especialmente durante la primavera, aunque también se vivió un invierno seco y con fuertes y recurrentes heladas.
Por eso la titular del Inta Río Cuarto, Alejandra Canale, no duda en apuntar que “hemos transitado un 2020 que podemos resumirlo con la palabra incertidumbre, un desconocimiento de lo que sucederá”.
Sobre los últimos 12 meses, destacó que “a nivel agropecuario, el sector se enfrentó a múltiples variables que tendrán consecuencia en el corto, mediano y largo plazo tanto en lo económico – productivo como en lo ambiental y social”.
Pero Canale remarcó que “la situación de mayor peso, que impactó notablemente, fue la falta de precipitaciones. Finalizamos con un registro anual de lluvias de casi 500 milímetros (datos del SMN sede Las Higueras), comparado al histórico de unos 800, por lo que tenemos un faltante de casi 300 milímetros en el sur. Si bien las lluvias han sido muy heterogéneas, esta situación se extrapola a toda la provincia”, apuntó.
Otra variable que afectó al sudoeste de Córdoba (desde Río de los Sauces hasta Achiras y algunos sectores de Río Cuarto) han sido los incendios, donde se perdieron más de 100.000 hectáreas principalmente de bosques nativos, arbustales, plantaciones forestales, pastizal natural, pasturas implantadas, cultivos anuales y suelos desnudos o en barbecho, sumado a la infraestructura rural (alambrados, tranqueras, casas).
“También se suma las heladas tardías del mes de septiembre, con datos de -8 °C, que daño los cultivos del cinturón hortícola y algunos lotes implantados extensivos”, recordó Canale, antes de destacar también “los vientos recurrentes, otro factor que ha generado un gran problema de erosión eólica, que, sumado a la sequía, altas temperaturas, zonas afectadas con los incendios y campos sin coberturas, ha producido voladuras de muchos lotes en barbechos e implantados, arrasando los primeros centímetros más fértiles del suelo, lo que implica una gran pérdida de materia orgánica y nutrientes y con consecuencias sobre lotes recientemente sembrados”.
La titular del Inta recordó entre esos episodios extremos que en la zona de Moldes, Bulnes y Suco, el 25 de octubre llovieron 81 milímetros en 30 minutos y posteriormente 25 milímetros más, generando serios problemas de erosión hídrica con campos saturados, escurriendo agua y suelo, ocasionando problemas en la infraestructura vial: ruptura de caminos, banquinas repletas de agua, alcantarillas descalzadas, calles de las localidades intransitables, inundación de algunas viviendas y ruta, canales y alcantarillas tapados de rastrojos, ramas, sedimentos, cárcavas en caminos, ocasionando pérdida de conectividad y transitabilidad.
Cultivos
“A pesar de todos estos factores la siembra de cultivos estivales tradicionales prospera en la zona con ajustes en fechas de siembra y manejos, la soja y maní se han logrado implantar en tiempo. Hay muy poca superficie de maíz de primera apostando a los tardíos y aumentaron las hectáreas de sorgo y girasol en el suroeste provincial”, dijo Canale.
En cuanto a los manejos explicó que “en general se bajó la densidad promedio, es decir, menos plantas por hectáreas en todos los cultivos, el nivel de fertilización es bajo y la problemática recurrente son las malezas resistentes y plagas como orugas cortadoras y bolillera, que para recurrir al control se han mezclado productos que ha provocado serios problemas de fitotoxicidad”.
Y sugirió: “También tenemos que tener en cuenta que las perspectivas climáticas continúan siendo de pocas precipitaciones para el próximo trimestre, por lo tanto, debemos pensar cuidadosamente en las decisiones a tomar y re diseñar nuestros sistemas”.
Por otra parte, sobre las pasturas “no han logrado un volumen importante de materia seca debido a la falta de humedad, lo que va a repercutir en la reserva forrajera para el 2021. La cosecha de verdeos invernales y de cultivos de cobertura ha sido de bajo rendimiento, pero es de destacar que los beneficios en el cuidado del recurso suelo ha sido muy positivo”, destacó.
En lo económico, Canale indicó que “si bien los precios de los comodities subieron, también lo han hecho los insumos por lo que los márgenes son muy ajustados”.
Recomendaciones
Canale partió de la base de todo para elaborar una serie de recomendaciones hacia adelante: “Sin suelo no hay vida, por lo tanto, necesitamos protegerlo y cuidarlo, con coberturas permanentes y diversificadas que mejoren la infiltración del agua que precipita y no provoque erosión. Si es necesario sistematizar los lotes, sembrar en sentido contrario a la pendiente y resembrar en caso de que no prospere la siembra. La tarea de controlar la erosión eólica hoy es la clave para no perder más suelo, es necesario tener en cuenta labores mecánicos con cincel para disminuir las voladuras y pensar en cultivos en fajas. Y también buscar otras rotaciones y producciones, que se adecuen a la zona”.