Agricultura La sequía le da un duro golpe a la economía argentina: 13 millones de toneladas menos de maíz y soja

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Por la falta de agua, los productores resignarán casi 3.000 millones de dólares y se perderán 2.600 millones en ingresos por exportaciones.

Fuente: Clarin Rural

“El escenario es dramático. Dan ganas de llorar”. Estas son las sensaciones de Raul Bic Ho, un productor de la zona entrerriana de Guelaguay. Pero bien podría ser el sentimiento de los miles de productores que están sufriendo la sequía en carne propia en diferentes zonas del país, que está provocando pérdidas productivas que pese a que llueva la semana por estos días, como se pronostica, ya no se pueden recuperar.

“El maíz de primera está prácticamente perdido; la soja de primera está estresada y no sé si las lluvias lograran que se recupere; la soja de segunda está perdida, es un papel seco, con ataques de arañuelas y trips; no hay forrajes para los animales y hay muchos problemas para obtener agua”, describió el chacarero la situación que afecta en su campo de Entre Ríos.

Así, como ocurre en este caso particular, el escenario para la soja y el maíz en todo el país se complicó por la falta de precipitaciones en el último mes y las altas temperaturas, incluyendo dos olas de calor, donde en varias zonas productivas ya comenzaron a descontar rendimiento.

La primera estimación la hizo la Bolsa de Comercio de Rosario. De las 56 millones de toneladas que se proyectaban con un escenario normal hace un mes, el clima ajustó la primera estimación maicera a 48 millones. También caen las posibilidades productivas de la oleaginosa: de 45 a 40 millones de toneladas.

La sequía ya domina en el 73% de la región y sólo podría ser superada con lluvias de 100 a 140 mm”, apuntaron desde la entidad.

«El impacto negativo es directo porque el Banco Central no tiene dólares: necesita de exportaciones para que la balanza comercial sea positiva y haya dólares para el pago de deuda, importaciones y la compra de dólares de usuarios», remarcó David Miazzo, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina.

En este sentido, desde la entidad rosarina advirtieron que los productores tendrán una pérdida de US$ 2.926 millones hasta el momento e impactará en una caída del Producto Bruto Interno argentino de US$ 4.799 millones; ello es, un 1% del PBI potencial estimado para la Argentina en 2022 según el Fondo Monetario Internacional, el cual asciende a U$S 483.765 millones.

También a causa de la sequía, el Estado Nacional dejará de recaudar derechos de exportación por US$ 1.038 millones.

Además, el ajuste de 13 millones de toneladas en exportaciones provoca que la proyección del ingreso de dólares total por ventas al exterior de poroto, harina y aceite de soja más maíz implique una pérdida neta de ingreso por US$ 2.665 millones, lo que equivale al 10% de lo proyectado al mes de septiembre.

«Las exportaciones del agro representa el 70% de las exportaciones pero explica más del 90% de las divisas netas. Exportan más de lo que importa, al igual que la minería y la informática», informó.

La falta de humedad en los lotes está más enfocado en el maíz temprano y en la soja de primera, ambos encaminándose a su etapa crítica para el desarrollo fenológico. En este campaña el maíz temprano ocupa un 47% de las 7,3 millones de hectáreas que estima la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Mientras que el maíz tardío, que todavía se está sembrando, abarca el 53%.

En tanto, en soja los implantados de forma temprana alcanza el 80% de las 16,4 millones de hectáreas que prevé ahora (100.000 hectáreas menos) que a principio de la campaña. Pero al ser una planta más chica y la ventana de siembra empieza a fines de octubre, todavía tiene más chances de salvar rinde.

En el caso del maíz, la condición regular mala, en sólo siete días, pasó de 27% a un 51%. Los buenos son ahora el 35% y queda un 14% aún en la condición muy buena.

En tanto, en soja durante la semana pasada, los lotes regulares eran el 10% del total del área sembrada; después de las temperaturas extremas son el 30%. Y ahora también hay un 5% en malas condiciones.

No obstante, se mantienen buenos perfiles de humedad en la soja de segunda y en el maíz tardío, lo que permite por el momento ser más optimistas sobre estos cultivares.

De todas maneras, es clave que llueva en los próximos días para que los cultivos no se sigan deteriorando. Y según los pronósticos, a partir del domingo pasará un frente de tormenta que descargará hasta 150 milímetros en algunas zonas productivas que ayudaran a los cultivos.

Esta proyección de cosecha de la Bolsa de Comercio de Rosario se suma a la que hizo este miércoles el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que también recortó pero no fue tan drástica como la Bolsa rosarina. Según el organismo internacional, en maíz redujo su estimación de cosecha de 54,50 a 54 millones de toneladas. Y en el caso de la soja, achicó de 49,50 a 46,50 millones de toneladas su proyección.

La última gran sequía está bien fresca para los productores. Fue en el ciclo 2017/18, cuando se perdieron 27 millones de toneladas por un valor de U$S 5.895 millones (los valores de los commodities eran menos de la mitad de lo que cotizan actualmente).

“La situación pluvial actual no difiere demasiado de la que se transitaba en la campaña 2017/18. Al igual que esta era condicionada por dos eventos Niña consecutivos”, dijo José Luis Aiello, Dr. en Cs. Atmosféricas. El enfriamiento del Pacifico Ecuatorial Central muestra significativas analogías entre las condiciones actuales del evento Niña y las que mostraba en diciembre de 2017.

Desde el Gobierno ven con preocupación la sequía que impactará de lleno en la economía nacional. Por eso, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez se reunió con el Jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur, para solicitarle la ampliación del fondo de emergencia para asistir a los productores y a los gobiernos provinciales que estén atravesando problemas por la sequía, teniendo en cuenta que las pérdidas para el sector primario ascienden a casi U$S3.000 millones, según el informe de la Bolsa rosarina.

El fondo de emergencia agropecuaria se actualizó en el 2009 en $ 500 millones, que en ese momento eran U$s 125 millones pero a la cotización actual es de U$S 4,8 millones. Pero hasta el momento no se volvió a modificar.

«Estamos en un monitoreo permanente, en contacto con los ministros de las provincias, haciendo una evaluación y un diagnóstico de la situación y del impacto del cambio climático sobre los distintos cultivos», dijo el ministro.

Domínguez afirmó que en el último semestre en algunas zonas hubo una disminución de hasta 200 milímetros de precipitaciones, lo que complicó la situación. Indicó que están observando con preocupación la evolución de la zona núcleo, especialmente en lo que respecta al maíz de primera, la soja, y la falta de disponibilidad de forraje o pasto para la ganadería en algunos lugares.

En este sentido, desde la Sociedad Rural Argentina (SRA) solicitaron a los gobiernos provinciales que actúen frente a la sequía mediante un comunicado.

“Como consecuencia del fenómeno climático que están padeciendo las zonas productivas de país, la Sociedad Rural Argentina insta a los gobiernos provinciales a convocar a las Comisiones de Emergencia y/o Desastre Agropecuario para evaluar las zonas afectadas y daños directos en la producción”, remarcó al entidad rural.

Mirando el vaso medio lleno, la buena noticia para los productores pasa por las cotizaciones de los commodities impulsado por la sequía que sufre Brasil, Paraguay y Argentina, donde en soja recortó casi 10 millones de toneladas y en maíz, 3,5 millones de toneladas.

La soja cerró al semana por encima de los 500 dólares en Chicago. Mientras que el maíz se mantiene en 235 dólares.

 

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